Mantener el horno limpio es esencial para garantizar la seguridad alimentaria y prevenir la contaminación cruzada. Además, una limpieza regular y adecuada prolonga la vida útil del electrodoméstico, evitando la acumulación de residuos que podrían afectar su rendimiento a largo plazo.
La última tendencia en hornos domésticos incluye la integración de diversas funciones de limpieza, que eliminan eficazmente la suciedad y los restos de alimentos, haciendo que el mantenimiento sea más sencillo y eficiente. Las tres tecnologías de limpieza más comunes son:
- Pirólisis: Este proceso convierte los residuos de alimentos y grasas en cenizas mediante el uso de altas temperaturas (alrededor de 400 °C). Al final del ciclo de pirólisis, el usuario solo necesita retirar manualmente las cenizas del interior del horno.
- Hidrólisis: Presente en algunos hornos a vapor, este ciclo de limpieza utiliza vapor generado por agua calentada a altas temperaturas para disolver la suciedad, facilitando la limpieza manual posterior.
- Catálisis: Los hornos catalíticos están equipados con paneles que, mediante una reacción química, descomponen grasas y aceites en compuestos más simples, lo que facilita la limpieza. No obstante, estos paneles deben reemplazarse cada dos años debido al desgaste.
Sin embargo, todas estas tecnologías comparten una desventaja: requieren intervención manual adicional, lo que hace que la tarea de limpieza siga siendo laboriosa.